Tras leer el documento de J.P. Dupuy “Los fundamentos filosóficos de la nanoética”,
se llega a la conclusión de que los argumentos a favor de la nanotecnología (y,
por extensión, a favor del tanshumanismo) tienen mucho de pensamiento ingenuo y
simplista que identifica la condición
humana con su naturaleza.
Quienes son defensores del transhumanismo abogan por una
mejora humana basada en conocimientos científicos y llevada a cabo por herramientas
de tecnología avanzada. Pero ciencia y tecnología proporcionan un conocimiento fundamentado,
exclusivamente, en listas de características de los cuerpos sometidos a estudio
así como de sus interacciones causa-efecto con otros cuerpos. Son inútiles para
explorar las interacciones surgidas del
choque entre la realidad y el deseo así como otras características de la
naturaleza humana, tales como la capacidad para encontrar sentido, la intencionalidad
o la compasión, que solo pueden ser abordadas con herramientas propias de las
diferentes disciplinas filosóficas (hermenéutica, ontología, fenomenología,
entre otras)
Ana Costa
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