Los códigos éticos no garantizan, por sí mismos, la calidad ética de un colectivo social.
Como afirma Lozano, para ser efectivos los códigos requieren acompañarse de comisiones éticas (que refuercen los valores propios) y de auditorías en las que participen todos los implicados. Es imposible realizar auditorías sin contar con indicadores fiables y objetivos. Una propuesta de indicadores aparece en el último libro de Siurana.
Ana Costa
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