En su interesante conferencia Giancristofaro nos demostró cómo la cercanía a los demás no solo consiste en proximidad, sino que surge de la activación emocional (la cual tiene que ver con la relación de pertenencia)
La proximidad precisa de leyes, que permiten salvaguardar la integridad física. Desarrollar la capacidad de reconocimiento va más allá; implica a lo más profundo del ser humano y se nutre del sentimiento compasivo. El reconocimiento interpersonal se aprende con la experiencia. A ello nos invitan Nussbaum (desde su propuesta de lectura de clásicos -teatro griego, novela- para despertar sentimientos que faciliten la empatía y la compasión) y Cortina (es necesario atender no solo al mundo de las normas –razón-, sino al de los valores -sentimientos-)
Ana Costa
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