La caída del sistema financiero, que en el año 2008 se extendió desde Estados Unidos hacia los países desarrollados, ha terminado siendo una crisis de la economía real. En estos momentos la crisis mundial en la que estamos inmersos no es financiera, porque el dinero no se está evaporando sino concentrando en manos de unos pocos que han cobrado despidos millonarios tras fomentar el consumismo a través de las hipotecas. No es financiera la actual crisis, sino de credibilidad en la honradez de quienes manejan las finanzas.
Según Javaloys, aunque la crisis financiera está en camino de
paliarse, no se llega a ver el fin de la crisis ética. Cortina ha propuesto algunas
medidas que podrían mejorar el actual desmoralizante curso de las cosas.
Ana Costa
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