La confianza es un componente esencial de la relación
clínica. Dicha confianza parte de la supuesta cualificación del profesional al
que se consulta y se construye en los sucesivos encuentros asistenciales donde, además de
conocimientos y habilidades, intervienen las actitudes (reconocimiento recíproco)
Un paciente se siente reconocido cuando el profesional sabe
escucharle de forma activa, tiene en cuenta su estado emocional, y le proporciona información sobre riesgos atendiendo a sus necesidades. Aportar información de forma estructurada, y escuchar al paciente respetando sus valores,
facilita que los riesgos percibidos por éste se ajusten a la información
realmente transmitida. Por tanto, mejora la capacidad del paciente para participar
en las decisiones relativas a su salud.
Ana Costa
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