En representación de Venenval, asociación venezolana que trabaja con población inmigrante, Norma Aguilar nos ha presentado el rostro concreto de quienes emigran al mundo desarrollado en busca de una vida más digna y se encuentran con trabajos que en los que se les exige 14 horas diarias, en los que el descanso semanal es menor de 1 día (12 horas a la semana o cada 2 semanas)...El trasfondo de los artículos 22, 23 y 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no respetada en éste y en otros casos de ejercicio profesional, confronta a los países desarrollados con situaciones que rozan la esclavitud siendo especialmente sangrante en trabajos precarios, como los desempeñados por muchas mujeres inmigrantes.
Algunos tranquilizan su conciencia desviando la atención hacia la "estructura" socio-económica, que es necesario cambiar, y olvidando el ¿mientras tanto, qué puedo hacer yo en mi entorno más próximo?
Ana Costa
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