El caso de la adolescente británica Hannah Jones pone de relevancia el valor de la toma de decisiones compartida con el paciente. Ante decisiones diagnósticas o terapéuticas con un amplio margen de incertidumbre e importantes consecuencias sobre la salud, el paciente debería de tener la última palabra. Todo lo demás es indigno para el propio paciente y contrario al bien hacer profesional.
Ana Costa
viernes, 14 de noviembre de 2008
Muerte digna versus encarnizamiento terapéutico
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